Friday, October 5, 2018

Lo que el viento no puede volverse a llevar




Lo que el viento no puede volverse a llevar

  Desde el pasado septiembre nuestra vida se traduce entre el antes y después de María. Como paciente de salud mental muchos de mis días se reducen a arrastrarme para salir de la cama, empujarme algo de desayuno, preocuparme por cómo será mi día de trabajo, añorar el final de la jornada laboral y rogar porque el sueño llegue con suficiente tiempo para no levantarme destruida al día siguiente. Estos sentimientos fueron mejorando ya que durante más de dos años he estado asistiendo semanalmente a terapias individuales y grupales de Terapia Dialéctica Conductual o DBT (por sus siglas en inglés).

  El año pasado, cuando anunciaron el paso del huracán María por Puerto Rico, tanto mi psicólogo como yo nos sentimos confiados de que estaba preparada para lo que venía. Como parte de mis preparativos para el huracán aseguré mis módulos y todo lo relacionado con auto-regulación emocional y sobrevivencia de crisis. Me sentí segura y tranquila de tener todas mis destrezas a la mano, pero jamás pensé en el “después” o mejor dicho, no pensé cuánto duraría ese después.

  Jamás voy a olvidar la pesadilla de levantarme a las 3 de la mañana con el rugido monstruoso del viento dando en las ventanas de mi cuarto, el crujido de las ramas de los árboles partiéndose y volando como proyectiles, las explosiones de los transformadores, el ruido incansable del agua entrando por todos los espacios mínimamente abiertos de la casa, hasta llegarme a los tobillos, los días de lluvia luego de la tormenta… en fin, pasará mucho tiempo antes de poder olvidar esos días tan horribles y la odisea que nos tocó vivir luego.

   Si la recuperación fue difícil para todos los puertorriqueños, imagínense cuán difícil fue para las personas que padecemos de condiciones mentales. Yo sé que muchas personas pasaron por cosas peores que yo, también sé que a otros les fue mejor, pero eso no fue, ni es, consuelo para ninguno. En su desconocimiento y tratando de ayudar, estuve meses escuchando comentarios (invalidantes) como: “al menos tienes salud”, “al menos tienes casa”, “al menos tienes comida”, “al menos tienes trabajo”, “al menos tienes luz un par de horas por la planta”, ¡estaba harta de los “al menos”! Sí, era cierto, pero llevaba meses sobreviviendo. Por malagradecida que pareciera, el hecho de no haberlo perdido todo no hacía que me sintiera mejor. Sí, tenía salud… FÍSICA. Sí, tenía comida, luego de horas de fila. Sí, tenía planta; a razón de un dinero que NO me sobraba. Y sí, también tenía trabajo, pero ¿¡con qué ánimo!? Yo entiendo que tal vez no saben que decir, pero a veces lo único que estamos buscando es un oído, no un consejo y no es mal agradecimiento, es que a veces los consejos pueden ser detonantes en situaciones de vulnerabilidad.

   Contrario a todo el estigma y la información errónea que hay en Internet sobre quienes padecemos BPD, somos personas súper sensibles, empáticas y emocionales, por lo que mi sufrimiento no sólo era por mi situación, todo lo que nos rodeaba era abrumador y, en mi casa lo fue por 6 meses en lo que se restableció el sistema eléctrico.

   A un año de María he logrado volver al lugar en el que estaba antes pero pienso que soy más fuerte. Sobreviví a todos esos meses de angustia y aunque me da pánico pensar en que vuelva a pasar otro desastre, puedo enumerar varias cosas que luego del tiempo he pensado que pude hacer diferente y que podrían ayudarnos a sobrevivir mejor.

   En la lista que escribí a continuación, voy a hacer referencia a términos que he aprendido en la Terapia Dialéctica Conductual, por lo que me parece apropiado que tengan acceso a un manual gratuito en el que puedan buscar más destrezas de las que voy a mencionar. (http://www.millercounselingserv.com/uploads/9/0/5/1/90518949/dbt_skills_workbook.pdf).

¿Cómo prepararnos mejor para una crisis debido a un desastre natural?

      Habiendo pasado por la experiencia de María y sobrevivido para contarlo, creo que el primer consejo sería escribir todo lo que nos causó angustia y ver qué podríamos hacer diferente en una futura ocasión.

1. Por más doloroso que sea, es importante tratar de recordar (y anotar) si nuestras emociones durante ese tiempo estaban de acuerdo a lo que estábamos pasando o si estábamos catastrofizando, y tener en cuenta que somos más sensibles y emocionales que los demás por lo que no debemos pedir opiniones externas para este análisis.

2. Nuestra alacena debe contar con alimentos no perecederos SIEMPRE. De esta forma evitamos las multitudes comprando a última hora. No hay que tener un mes de provisiones, es suficiente con tener alimentos para varios días en lo que pasa lo peor.

3. Además es SÚPER importante corroborar los hechos antes de tomar decisiones anticipadas por lo que tenemos que mantener la información sobre el fenómeno lo más real posible utilizando fuentes confiables y no las redes sociales y comentarios sensacionalistas de personas que no sean EXPERTOS en meteorología.

4. Si hay una amenaza real, debemos tener a la mano todos los medicamentos necesarios para nuestra condición así como nuestro kit de tolerancia de angustia y sobrevivir crisis.

5. Durante los días antes, debemos prepararnos lo mejor que podamos y si tenemos que irnos de nuestra casa, hacer una lista de cosas que nos puedan sacar del stress de estar rodeados de otras personas (usando destrezas de auto cuidado y distracción). Además, debemos hablar con alguna persona de confianza sobre nuestra condición para que esté pendiente de nuestro comportamiento y nos pueda ayudar a regularnos en caso de necesitarlo.

6. Luego del desastre es importante tratar de volver a nuestra rutina lo antes posible. Me refiero a terapias, estudios y trabajo, y aunque estas cosas están fuera de nuestro alcance, podemos mantener comunicación con las personas indicadas para retomarlas a la mayor brevedad.

7. Por último, es importante recordar que estamos bendecidos de vivir en una isla tropical en donde los desastres naturales se limitan a huracanes (que no son todos los años)  y no vemos tornados, tormentas de nieve, erupciones volcánicas o terremotos constantes. Si nos preparamos con tiempo y con calma, la recuperación es más llevadera.
Aquí les dejo unas fotos de lo que son las destrezas del DBT resumidas “to go”.

Tuesday, July 25, 2017

Más Allá de la Piel...







Si supieras cuan disfuncional vuelves mis sentidos cuando estas presente.
Mi visión se nubla de tan solo sentir que estás por llegar.
Me aprietas, comprimes mi pecho
Llenas de escalofríos cada espacio de mi piel.
Y resulta increíble cómo en solo segundos te apoderas de mi ser.
He callado el dolor que me causas,
Y como retuerces mi cerebro sin saber.
Haces de mis ojos un mar de lágrimas,
Y tienes la habilidad de dormir las entrañas más infinitas sin razón.
Si supieras la impotencia que dibujas,
Y lo frustrante que tu burla resulta
Pues sin discreción llegas,
destrozas todo y te vas.
Haces que mi alrededor sea temido,
Y que mi fortaleza se disfrace de inseguridad
Con qué derecho entras a mi vida
sin siquiera tocar la puerta.
Qué te motiva a despedazar
cada parte de mi?
No es suficiente con que acaricies mi piel,
sino que también tienes que ahogar
cada espacio de ella,
haciendo desbordar la angustia
que se desangra mientras cortas
con el filo de tu navaja.
Haz quebrado mis huesos
sin dejar rastros de tu presencia,
Y golpeado más fuerte que el acero
Haz quemado espacios que desconocía en mi cuerpo, usándolo como cenicero.
Tienes el arte de formar nudos y traspasar en ellos sentimientos no explorados.
Aceleras mis latidos y haces de mi respiración una sin aliento.
Has usado tus mejores armas y no te han bastado las balas para torturarme, sino que también tu veneno me ha inmovilizado.
Que desesperante resulta sentir la electricidad que descargas cuando me tocas.
Eres hielo y fuego,
Solo por que hielas mi mundo
y quemas mi espacio.
Maldito el día que llegaste a mi vida.
Si supieras como odio tu presencia,
Y la rabia que me da
el no poder sacarte de mi.
Si entendieras el daño que me haces.
Las huellas y cicatrices que vas dejando.
Las ganas de poder dominarte
Y ser YO quien te haga el más vil de los daños y no por venganza,
sino para que sientas la desesperanza,
perdición y locura que haces vivir.
Es difícil hasta decir tu nombre pero vale la pena desenmascarar a quien ha dejado tanto estrago... ¿y de quien hablo?... de la ANSIEDAD.



~Yolanda Hernández Cintrón



Friday, July 14, 2017

Cree en ti


Desde hace unas semanas, he estado leyendo algunos de los escritos que se han presentado en este foro. Me sentí identificado con la mayoría por no decir con todos, ya sea por experiencias vividas o porque algún conocido pasó o está pasando por alguna situación similar. Desde ese entonces sentí una inquietud inmensa en aportar mi granito de arena contribuyendo con este gran proyecto en el tema de la depresión, que es la condición que más cerca me toca.
Mientras organizaba mis ideas y dilucidar desde qué punto de vista quería desarrollar el tema, decidí enfocarme en compartir estrategias que me han dado resultado en situaciones personales y no como un profesional de la salud.
Cuando comencé a escribir, el primer pensamiento que vino a mi mente fue este juicio tonto e injusto que hacen algunas personas (y que estamos cansados de escuchar) por personas “normales” que entienden poco o nada sobre las enfermedades de salud mental o trastornos del comportamiento. Dice algo así:
La felicidad es solo un estado mental, si te sientes deprimido es porque de alguna manera u otra no valoras lo que tienes o porque le das más peso a los problemas que enfrentas y no a lo afortunado que eres por todas las cosas buenas que te rodean como familia, amigos, salud, etc. Total, si miras al lado siempre va a haber una persona en peores condiciones y no anda quejándose.
El que ha pasado por un momento difícil, quizás una situación donde parece no haber salida, o una depresión severa en su vida, sabe que no es tan sencillo plantearlo de esa manera. No soy paciente de salud mental ni de trastornos del comportamiento, sin embargo, he pasado momentos sumamente complicados en mi vida, donde he puesto en duda hasta mi esencia como ser humano. Y claro que me he dado permiso para no aceptar, maldecir, sentirme culpable, triste, abatido, abrumado, frustrado y sin esperanzas. Es saludable hacerlo. Lo que no es saludable es convencernos que no existe salida y luego cruzarse de brazos mientras nos lamentamos y nos cogemos pena. Es en este momento donde, luego de experimentar y exteriorizar todos esos sentimientos negativos, viene la gran pregunta: ¿ahora qué voy a hacer?
Quiero detenerme un segundo aquí porque contestar la pregunta que hice en la línea anterior es una búsqueda individual y sería irresponsable de mi parte querer contestar para todo el mundo de la misma manera. Lo que sí puedo hacer es ayudarte a pensar diferente y darte herramientas o diversos lentes para que analices tu situación desde un nuevo punto de vista.  
No pretendo pensar que la depresión se va a “curar” con simplemente pensar diferente, el cáncer tampoco se cura de esa manera. Lo que sí podemos trabajar son las cosas que hacen que mi depresión (o muchas condiciones de salud mental) mejore o empeore, dígase intentar hacer cambios en rutinas como ejercicios, hábitos de sueño, pasatiempos, distracciones, metas y sobre todo nuestra actitud. Se ha demostrado que los pacientes sobrevivientes de cáncer logran superar su enfermedad, en gran medida, por la manera en que enfrentan su condición, con su actitud. Enfocándose en algo o alguien que les da fuerza y motivo para continuar. Pero, ¿para cualquier condición de salud mental o trastorno del comportamiento sería diferente? Por supuesto que no. Créeme, tu actitud hace la diferencia. ¿Y si tengo el deseo de poner de mi parte para ponerme de pie y ser emprendedor pero no sé cómo hacerlo?
Primero, busca ayuda de algún familiar, amigo o profesional de la salud que te ayude a construir, a trazar caminos y buscar soluciones. Contar con apoyo en momentos difíciles ayuda a aliviar la carga. Segundo, descúbrete y conócete a ti mismo. Muchas veces esa búsqueda interna y esas batallas que peleamos en silencio no sabemos cómo abordarlas y simplemente las ignoramos. No es hasta que llega esa situación o problema de gran magnitud que estremece nuestros cimientos  y nos presenta ese “reality check”  donde parece que todo se viene abajo. Pero ¿de qué otra manera podemos afrontar situaciones saludablemente si no sabemos nuestros límites? Debemos aprender a identificar qué situaciones podemos manejar vs. qué otras nos causan un mayor nivel de ansiedad y en las que necesitemos ayuda de otras técnicas o apoyo de personas conocidas o profesionales de la salud.
Por otro lado, ¿a quién no le gusta el apreciar una buena historia? ya sea narrada, escrita, película, etc. Pues adivina qué, todos podemos escribir e interpretar nuestras grandes historias. Puede ser tan sencillo como plantearlo de esta manera: “poner tus pies en la tierra, tu imaginación en el cielo y trazar una línea entre ambas”, o tan complicado como: “muchos han podido pero yo no puedo”. Todos tenemos el poder de pensar, crear, construir, cambiar, evolucionar y adaptarnos. Lo único que tenemos que hacer es creer que podemos hacerlo y buscar la manera de realizarlo. La pregunta que realmente debes contestarte es: ¿Qué tú quieres?
Una vez escuché una frase poderosísima que dice: “Conseguir lo que quieres es relativamente fácil, el verdadero reto está en saber qué es lo que quieres.” Analízalo bien. Quizás me digas que eso que quieres está condicionado a alguna situación particular, ya sea apoyo de los que te rodean, situación económica, tiempo disponible u otras razones. El éxito no llega de un día para otro ni mucho menos por correo, sino trabajando duro y con disciplina. Pero recuerda, tu actitud es el primer paso.
Enfócate en mantenerte ocupado, planifica proyectos, metas a corto y largo plazo; premia tus logros, busca ayuda profesional u opiniones de amistades y amigos que puedan contribuir a la solución de situaciones. Vive con propósito. Vive con pasión. Pertenece a algo más grande que tú mismo. Dedícate a servir y verás como tarde o temprano cambia la marea.
Antes de finalizar, quiero compartir contigo un video que ilustra cómo una buena actitud hace la diferencia:


No quisiera concluir sin antes expresar mis respetos hacia los organizadores de este foro, quienes son los que hacen que este proyecto suceda, y a los colaboradores y escritores quienes tienen la valentía de dar un paso al frente y compartir detalles íntimos para servir de inspiración y motivación a otros. ¡Bendiciones!  

Samuel Nieves MD

Wednesday, May 31, 2017

Tres visiones distintas sobre 13 Reasons Why






Sinopsis

La serie “13 Reasons Why” trata sobre una adolescente que comete suicidio, y deja 7 cassettes (grabados por ambos lados) en los que graba las 13 razones que la llevaron a esto. Los cassettes son encomendadas a una persona que se encargará de pasarlos a 13 individuos según el orden de las cintas. Cada persona tiene un lado de un cassette, o sea, es una de las razones por la que la chica se quitó la vida.



Opinión de Kath:

Es interesante escuchar la diversidad de comentarios positivos y negativos que han surgido en relación a esta serie. No solo de personas que, hasta donde sé, no padecen de ninguna condición mental, sino también de pacientes con diversos diagnósticos (expresado voluntaria y públicamente).

Muchos comentarios se basan en que “se les pasó la mano” con lo gráfico de las escenas. Antes que todo, la serie está catalogada como MA (mature audiences) y tiene bastantes advertencias de lenguaje y contenido, lo que significa que no debe haber menores viéndola sin supervisión y las personas vulnerables a temas sensibles lo deberían considerar antes de verla. Habiendo dicho esto; como paciente de salud mental y maestra por más de catorce años, mi punto de vista es el siguiente:

Más que una simple lección sobre los efectos del bullying (como muchos lo han llamado), podemos apreciar las consecuencias de la acumulación de emociones, el problema del miedo a hablar sobre sucesos que han ocurrido y que pueden desatar vergüenza pública, la presión de grupo y la presión que ejercen factores externos como la crianza, las expectativas que tienen los adolescentes de ellos mismos o de los demás, la situación económica, las consecuencias de pertenecer a diferentes clases sociales y muchos otros temas.

Además, podemos tener una idea de la opinión, primeramente, de la víctima, así como de los agresores, los padres (de ambos lados), los maestros, del consejero, de la abogada de la escuela, y hasta de los mismos compañeros luego de las consecuencias de sus acciones (que aunque parecieran simples, muchas aportaron a la acumulación de eventos detonantes).

A muchos el formato de los cassettes les pareció demasiado premeditado como para ser un suicidio y lo vieron más como una venganza de la víctima dejarlos. En mi opinión fue buena idea ya que el cliché de hacer películas y series en las que se muestra o lee el diario del fallecido está un poco pasado de moda y gastado. La protagonista deja de escribir en el momento en el que uno de sus poemas (del diario escrito) fue arrancado y publicado, dejándola avergonzada y convirtiéndose en la burla de muchos que conocían su ortografía (por lo que los tapes adquieren sentido).

Por otra parte, en lugar de pensar en que se está romantizando el suicidio, se puede pensar que la serie hace una invitación a las personas a expresar lo que sienten, positivo o negativo y las consecuencias que puede haber en caso de decidir hacerlo o no.



Opinión de Gaby:

Yo soy de los que piensa que la serie se le fue la mano en algunas cosas. No voy a negar que la serie es muy buena para hablar de violencia de género y acoso, pero no aborda el tema del suicidio bien. De hecho, no habla de la realidad del suicidio, sino más bien de la perspectiva de los que quedan. Así que no es una serie sobre el suicidio, sino una serie sobre qué pasó después del suicidio. El problema con eso es que aun así siento que no desarrollaron ese tema bien por lo inconcluso que quedó. Además de que sigo creyendo que un suicidio tan premeditado, tan bien ejecutado, y con tanto esfuerzo es una cosa complicada; y si le añadimos que la protagonista logra salirse con la suya de esa forma tan extravagante, lo hace tan irreal. Es como si fuera una fantasía o una proyección de los deseos de su mente, pero, al fin y al cabo, se trata de una serie de ficción con el fin de entretener y hacer llorar a la gente. Así que no es necesario que sea 100% correcta si cumple con su objetivo.

Lo que a primera instancia me chocó es que te hace creer que la mejor solución y la única salida era el suicidio. Esta parte es debatible, entiendo que no todos la ven así. Acepto que hay gente que logró identificarse con el suicidio de la protagonista y sus razones. También bien entiendo que otras personas que padecen condiciones de salud mental pueden verlo distinto a mí. Lo que me hace recordar algo que mi amiga me dijo: “yo lo que vi fue una mujer joven y hermosa con una vida por delante, con la posibilidad de sanar, estudiar, viajar y ser feliz, pero se quitó la vida”. Ese acercamiento, que es válido, me hizo pensar que la interpretación de la misma era algo subjetivo y que merecía ser tomado con cierta flexibilidad. Así que considero que deberían verla siempre y cuando tomen en cuenta varias precauciones: no ser personas con ideaciones suicidas o víctimas de abuso sexual por la naturaleza de ciertas escenas; si están decaídos o padecen de depresión, creo que la serie no aportaría mucho a su estado emocional, sino más bien restaría. Estoy seguro que hay cosas mejores que ver, pero si, por otro lado, quieren ver una linda historia que habla de temas que se deberían tocar, como violencia de género, acoso y lo que sucede después de un suicidio, “13 Reason Why” es una.



Opinión de Fran:

La serie “13 Reasons Why” definitivamente ha sido una conflictiva y que ha levantado preocupaciones tanto en familias, escuelas, profesionales de la salud mental y otros. Entre las críticas se encuentran el que este tipo de exposición puede resultar en un incremento en conductas suicidas principalmente de parte de adolescentes. También existe la preocupación por parte de profesionales en relación al efecto de “contagio” por exposición a temas de suicidio. Se han realizado más de 50 estudios donde hay evidencia consistente de que las tasas aumentan cuando aumenta la frecuencia de historias sobre suicidio (Hagihara et al., 2007). Por otro lado, otros profesionales han hablado sobre la preocupación de que la serie glorifica el suicidio y lo explican como algo relacionado a venganza. Además, en la serie no se mencionan dificultades de salud mental como depresión u otras patologías; y los profesionales en la serie son trabajados como personas que no tienen idea de cómo manejar las dificultades expresadas por los personajes de la serie.

En mi opinión como profesional de la salud mental, la serie es un “hit-and-miss opportunity”, lo que significa que era una buena oportunidad para llevar un mensaje claro, pero no se aprovechó al máximo. Por un lado, es importante que en los medios de comunicación se trabajen temas relacionados a suicidio, adolescentes, emociones, salud mental, dificultades familiares ya que es una oportunidad para crear la conversación, para que en las escuelas y los hogares se traiga el tema para crear conciencia de que esto sucede. Además, hace falta crear conciencia sobre issues como bullying, agresión sexual, disfunciones familiares, invalidación por parte de padres y/o maestros; y de que en ocasiones las personas que ofrecen ayuda no tienen las herramientas para trabajar asuntos restantes como el suicidio.

Así que, para mi es importante que se esté creando este tipo de conversación sobre salud mental, que padres se sienten con sus hijos/as a hablar sobre el tema y que adolescentes pregunten sobre estos (otros) temas. Pero la conversación debe ir de la mano con algo que para mí la serie no trajo a la mesa, y es que toda conversación sobre salud mental debe estar acompañado de diálogo sobre la importancia de tratamiento para este tipo de situaciones.

Quizás la serie debió trabajar la parte sobre la importancia de explorar la ayuda disponible ya que tienen la exposición necesaria para crear una conversación que gire en torno a que ésta existe y la importancia de “reach out” (buscarla). En la mayoría de los casos, los adolescentes y sus familiares no tienen la información o las herramientas para identificar un problema o que existen tratamientos que pueden ayudar. Aquí hubo una oportunidad que quizás la serie no pudo tomar en cuenta, pero no debemos pasarlo por alto nosotros como profesionales, pacientes, familiares, etc. La invitación es a que se cree la conversación, pero que vaya de la mano con información, estadísticas y alternativas de tratamiento.


Wednesday, May 24, 2017

El diagnóstico adecuado


En agosto 2016 fui diagnosticada por fin. La psicóloga luego de una serie de visitas y evaluaciones me dijo que tenía BPD (Bordeline Personality Disorder) o Trastorno Límite de la Personalidad. Luego de 8 años en los que pasé de psicólogo en psicólogo y uno que otro psiquiatra, por fin podía darle nombre a mi "situación emocional".
Por años, sólo las palabras depresión, ansiedad y pánico asomaban en las diversas terapias a las que acudí, pero siempre encontraba que algo faltaba. Habían características que no encajaban con los diagnósticos previos.
Cuando escuché el término BPD y la descripción sintomática, sentí un alivio generalizado. Por primera vez todas las piezas encajaban: el miedo crónico al abandono, la devaluación, el vacío, entre otros síntomas que no habían tenido cabida antes.
Nunca había escuchado sobre este trastorno; la doctora fue muy directa al decirme que no leyera información de otros portales de Internet fuera del que me había recomendado. Me dijo que las personas podían ser muy crueles a la hora de expresarse sobre la condición. Además, me dejó saber que yo no tenía el factor de la impulsividad y el espectro de las conductas de riesgo, lo que me colocaba en el nivel 5 del trastorno.
Luego del alivio de saber, vino el miedo de darlo a conocer a mi pareja y a mi familia. ¿Conocían de este trastorno? ¿Mi pareja entendería lo que estaba pasando? Mi familia había experimentado por años mis cambios de humor, mi depresión constante, mis miedos irracionales. Mi pareja y yo llevábamos varios meses saliendo y ya él había tenido que lidiar con mis ataques de ansiedad, mi miedo tenaz al abandono y mi tristeza permanente. Fue duro. Mi mamá me dijo que no se lo dijera a nadie más, que las personas no comprendían la condición y que debía mantenerlo en secreto; como lo he hecho. Nunca había tenido miedo de hablar de mi depresión, pero con el BPD es distinto. Las pocas veces que he intentado hablar sobre ello siento que no me hago comprender y la mirada de las personas entre pena y temor se asoma muchas veces.
Hay días que siento que no voy a ahogarme y puedo flotar entre los pensamientos que son detrimentales e hirientes para mí. Otros, la ansiedad y el pánico se apoderan de mí.
Aún estoy tratando de descifrarme. Me ayuda que en las terapias de grupo comparto con personas que viven situaciones similares y no me siento tan ajena. Sé que la recuperación no vendrá rápido. Hasta hace unas semanas me resistía a la idea de medicarme, pero llegó un punto en que me vi en la necesidad de comenzar a aceptar que necesito toda la ayuda que pueda.   

 ~MM

Wednesday, May 17, 2017

Lo que aprendí con mi primera paciente con diagnóstico de Trastorno Límite de la Personalidad



Muy temprano en mi experiencia clínica como estudiante de psicología, descubrí mi interés por trabajar con personas que viven con Trastorno Límite de la Personalidad (TLP).
Descripciones como: afecto cambiante, impulsividad, autodaño, relaciones inestables, disturbios de identidad, coraje intenso y sentimientos de abandono captaron no solo mi curiosidad profesional, pero también despertaron mi empatía y pasión por ayudar. En ese momento no imaginaba la recompensa que me esperaba. No tenía idea que el ayudar sería mutuo, ni sospechaba lo mucho que aprendería de mí misma.
Mi primera paciente, ya diagnosticada, la solicité con intención. Recuerdo que al ver una serie de referidos, noté uno con las siglas TLP e inmediatamente pedí que se me asignara. Mi conocimiento se limitaba al Manual de Desórdenes de Personalidad DSM-IV-TR (Len Sperry, 2003). Con esta base, mi enfoque siempre ha sido el transformar un desorden de personalidad en un estilo de personalidad.
Con mi primera paciente aprendí humildad y trabajo colaborativo. Ella sabía que yo era estudiante y que explorábamos juntas cómo encontrarle significado a su vida; como disminuir el dolor, el enojo y los disturbios de identidad. Aprendí que ser auténtica tenía más valor que pretender superioridad. Aprendí que un modelo psicólogico no es la absoluta verdad; aprendí que entre paciente y terapeuta hay diferentes perspectivas.
Aprendimos y vivimos juntas los beneficios de Terapia de Esquemas, estrategias cognitivas, modelos de Plena Conciencia y hasta estudiamos un poco sobre medicamentos. De esta manera, viajamos juntas por varios años, conceptuando y reconceptuando hasta que llegamos a la Terapia Dialéctica Conductual. De este último modelo, nos hizo sentido la teoría biosocial, las tarjetas diarias, el aprender destrezas y el grupo de apoyo familiar. En fin, aprendimos a continuar moviéndonos en un constante viaje de aceptar y cambiar.
Llegó el momento de separarnos, y la verdad, no sé quién lo temía más. No obstante, la recompensa fue mía al encontrar que ambas estábamos listas. Ambas habíamos crecido, ambas nos habíamos transformado para mejorar.
Con mi primera paciente TLP aprendí a ver la vida con diferentes matices de colores, más brillantes algunas veces, mas oscuros otras. Aprendí también a escuchar sin juzgar, aprendí a validar; aprendí a bailar entre emociones cambiantes sin tomarlo personal. Con mi primera paciente TLP conocí la belleza de la plena conciencia y la importancia de la autenticidad. La recompensa fue mía, no cabe duda. Y hoy en día le agradezco a mi primera paciente con diagnóstico de Trastorno límite de Personalidad, no sólo mi crecimiento profesional, pero mas allá de éste, le agradezco mi transformación personal.

~Nayeli Hernández, M.S

Wednesday, May 10, 2017

Lo Mejor de mi Diagnóstico de Salud Mental





Ser paciente de salud mental suena como algo aterrador, pero no lo tiene que ser. Aunque el diagnóstico inicial puede venir acompañado de muchos sentimientos encontrados, con el paso del tiempo y el aprendizaje se puede lograr ver una luz al final del camino y muchas ventajas de ser “diferentes”. Luego de muchas batallas ganadas y perdidas, puedo decir que le doy gracias a Dios por mi condición.

Aceptar el diagnóstico de Bipolaridad y luego el de Desorden de Personalidad Limítrofe (BPD), no fue fácil. No voy a tratar de minimizar el golpe que ocasiona enterarse de esto ya que es como cualquier otro padecimiento (aunque muchas personas no lo vean así). Mi reacción, al principio, fue incredulidad, pero lo peor del proceso es el aspecto farmacológico para encontrar los medicamentos adecuados y conseguir un buen psicoterapeuta. Luego de encontrar estas dos claves para el tratamiento, lo demás es más fácil (o menos difícil).

¡Pero comencemos con lo positivo!
Mis condiciones me hacen sumamente sensible a las emociones o sea que cuando estoy feliz, no hay nadie más feliz que yo y cuando amo, lo hago desmesuradamente. ¿A quien no le gustaría ser SUPER feliz o estar SUPER enamorado?

Mis relaciones de pareja han sido escabrosas, pero he sido inmensamente feliz en ellas, en especial ahora. Luego de ser diagnosticada y boicotear mi tratamiento por desconocimiento, tuve que ser hospitalizada y “reseteada”. Con esa experiencia crecí, como paciente y como persona. Hablar sobre mis debilidades en terapia individual y grupal me hizo ver los errores que estaba cometiendo así como todo lo que he estado haciendo bien. Aprendí a compartir mis emociones y sentimientos y a explicarlos hasta el cansancio para ser escuchada; no para que me entiendan, sino que sepan cómo me siento y porque. Al poner esa destreza en práctica, logré que mi esposo entendiera que al yo ser paciente, él es parte de mi proceso de recuperación y también necesita herramientas para lidiar conmigo.

Asimismo, la relación con mis hijos se ha fortalecido porque ser abierta con ellos sobre mi diagnóstico, los ayudó a entender que muchas cosas son más difíciles para mi de controlar (como el sarcasmo y los corajes), pero escucharlos, aconsejarlos y guiarlos es más fácil.

Por otra parte, en otras relaciones de amistad y en el ambiente laboral, puedo ponerme fácilmente en los zapatos de los demás y ser empática; esto me motiva a querer brindar ayuda a quien la necesite.

Soy maestra de escuela superior y he sido testigo de adolescentes con problemas que van más allá de una F en un examen. En estos catorce años de magisterio no he enseñado solo reglas y destrezas de lectura, he enseñado a mis estudiantes a pensar, a escuchar efectivamente y a ver el lado positivo de no ser excelente en todo.

He servido de confidente y amiga de mis estudiantes y, en más de una ocasión, los he guiado a aceptar ayuda alertando a sus padres sobre situaciones de cuidado como pensamientos suicidas y de automutilación. Me siento feliz de poder ver las cosas como paciente y no solo como maestra, ya que esto me ha dado las palabras correctas para motivar y llevar a mis estudiantes y sus padres de la mano.

Me siento útil cuando puedo aconsejar a otros y validar sus sentimientos aún cuando ellos piensen que éstos son negativos.

Mis altas en ánimo me convierten en una persona sumamente activa y productiva en el trabajo (aunque termine con las baterías agotadas). Siempre tengo que observar más de cerca cuando esto sucede porque me puede llevar a hacer compromisos excesivos y que luego no pueda cumplir. Pero he logrado muchas metas tomando ventaja de estos episodios mánicos (como se les conoce clínicamente en la bipolaridad).

No voy a esconder que cuando estoy molesta, triste o deprimida la reacción también es fuerte y a veces casi intolerable, pero aprender a manejar las emociones y adquirir destrezas para la regulación de éstas en terapia, me ha ayudado mucho.

Si aprendemos a ser asertivos en la comunicación, se puede llevar una conversación que, aunque sea incómoda, tenga buenos resultados; como dice mi terapeuta: “lo importante es no empeorar la situación.”

Para sacar el máximo de nuestra condición hay que tener en cuenta algunos puntos:
  • Si somos pacientes (de salud mental) debemos entender que como con cualquier enfermedad es importante el seguimiento y la constancia en el tratamiento. A veces no queremos ir, pero debemos obligarnos.
  • No es necesario que todo el mundo entienda lo que nos sucede, es importante que lo sepan (informarlos).
  • Es nuestro deber dejarle saber sobre la condición a las personas mas allegadas, orientarlos nosotros o pedirle a nuestro doctor que lo haga.
  • Conocer nuestros detonantes para no exponernos a ellos es importante, y cuando no podamos evitar alguno, planificar una “salida o escape” usando nuestras destrezas.
  • Llevar un diario escrito o digital facilita el aprendizaje sobre nosotros mismos y nuestra condición.

La vida no es color de rosa para nadie, pero está en nuestro alcance hacernos de herramientas que nos faciliten el camino. Para mí y muchas personas cercanas era imposible pensar que yo, una mujer que había estudiado, madre y con un trabajo tan estable, podía padecer de una condición mental. Pero nadie está exento y como dije al principio, ahora lo puedo ver como una bendición.

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