Sunday, March 5, 2017

Una conversación que no puede esperar más...


Recuerdo ese año y medio que pasé tirado en la cama luego de aquella hospitalización. Fue tiempo suficiente para darle muerte a muchos de esos mitos que escuchaba a diario sobre la depresión. Aunque hubo uno en particular que siempre me molestó; y es el simple hecho de pensar en la depresión clínica como una emoción o estado de ánimo. —Mi gente, es más, es mucho más que eso—.
Pasaba la semana encerrado en mi cuarto y ni siquiera salía para bañarme. Siempre me sentía cansado y desanimado a tal nivel que me lavaba la boca una vez a la semana. No quería vivir. Lo único que hacía era ir a mis citas esperando que la pieza que faltaba cayera y encajara en su sitio. Eso no vino a pasar hasta que me ajustaron las dosis del medicamento y me añadieron un adyuvante. Aparentemente hay unos tipos de depresión más resistentes que otro y yo me saqué la lotería. —Sí, mi suerte es bien perra—.
Me parece complicado hablar de pastillas. No es que sea mi tema de conversación favorito: es que tomo muchas. —Soy medio payaso cuando hablo de esto—. Aún no sé si es que se trate de un tabú, pero la idea de que alguien tome pastillas para mantener su salud emocional es sinónimo de vergüenza. Se ve como algún tipo de debilidad. Es más, se le atribuye la depresión a los medicamentos cuando la enfermedad llegó antes que la medicación. Hasta ese nivel estamos ciegos y preferimos reusar de su existencia.
Entonces la pregunta es cómo hacerle entender a las personas cuando hay más de dos mil años de precedente sobre la existencia de la depresión. ¿Cómo hacerles entender que apesto sin apestar tanto?
Primero que todo me aseguro de tener la boca limpia y les hablo de datos sin abrumar mucho a la persona. También siempre aclaro que no es lo mismo “estar deprimido” que “tener depresión”. A veces uso la frase “depresión clínica” para referirse a la patología. Es muy importante explicar que la depresión no solo se manifiesta con llantos. En mi caso, la depresión llegó a ser tan profunda que me mostraba apático. —Todavía recuerdo esos días que nada importaba lo suficiente—.
La depresión es una enfermedad muy pesada y difícil de sobrellevar. Es como si te secuestraran la vida. Recuerdo que desaparecí de todos los círculos que frecuentaba por mucho tiempo. Muchos conocidos ni siquiera sabían si estaba vivo o muerto. Tuve que dejar a un lado todo lo que estuve luchando durante años porque ya no era funcional. Fue la época más difícil de mi vida y tuvo varios episodios.
¿Por qué digo esto? ¿Por qué hablar de algo que seguramente saben? Por qué todavía hay personas que en pleno siglo XXI creen que la depresión “es mental”, es de la imaginación. Bueno, claro que es una afección mental, pero vuelvo y repito: es más que eso. No es algo sacado del imaginativo. No es falta de sexo como me dijeron muchas personas. Tampoco es un ser maligno que se apoderó de mi cuerpo y trata de destruir mi vida (aunque a veces parece eso). No es la falta de positividad en mi vida. Sino que es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por sentimientos de infelicidad, culpabilidad y abatimiento capaz de causar incapacidad parcial o total para disfrutar de los acontecimientos de la vida cotidiana. Viene acompañado de fatiga y dolores físicos, porque nunca es suficiente con el emocional. —Perdonen la ironía al final—.
Después de haber soportado tantos años de depresión me quedó claro que muchas de las fórmulas que me ofrecieron el conocimiento popular de no expertos son inservibles. Me está claro no había hecho nada lo suficientemente afín para sentirmente así, que simplemente estaba enfermo. Que no siempre se puede solo, que es de sabios buscar ayuda y persistir. Que no es de débiles tomar medicamentos, tampoco de locos. Que es en la mente no de la imaginación. Que no fue un científico loco que creó la enfermedad, sino que es parte de lo que es ser un humano. También me está claro que muchas personas opinan y lo hacen mal.

~L.G.M

2 comments:

  1. Alejandro Santiago, excelente, fue mi experiencia casi al pie de la letra. Y sigue siendo una batalla a la cual me presento a diario, pero hoy con mas armas para defenderme.

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    1. Saludos Alejandro. Gracias por tu comentario. Esperamos que hayas disfrutado el artículo.

      ~The Mind Project

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